¿Eres un expatriado español en tierra extraña y has dejado tu país para estudiar o trabajar en el extranjero? ¿Te preguntas por qué es tan difícil integrarse con profundidad en una nueva sociedad? ¿Quieres saber la razón de comportamientos "extraños" de la cultura en la que vives? A través de la descripción cultural, este blog pretende evaporar los malentendidos culturales, mejorar el aprovechamiento de la experiencia en el extranjero y facilitar la integración en una nueva cultura.

Por qué es tan difícil entendernos

Tenemos razón, tú no.
Por tanto, somos mejores que tú

"No cambiaría mi cultura por otra"
 “Creo que somos un continente, ¿verdad? Con muchas mas riquezas que Estados Unidos y España juntos, ¿no? Creo que somos más que ellos, ¿no? Que somos ricos en todo, ¿no?”
 “La única solución posible, inteligente y razonable: ¡¡español para todos!!”
"Our culture is better than the retarded islamic culture"

¿Alguna frase que duela? Las muestras de discriminación cultural aumentan contra más protegidos y anónimos nos sintamos: están en la boca de pocos, en las acciones de bastantes, en las páginas web de muchos y en los pensamientos 
de casi todos.  Pero, ¿por qué es tan difícil 
entendernos y vivir tranquilamente?

Si lees detenidamente las frases, te darás cuenta de que esto sucede por dos motivos principales: tenemos miedo a perder nuestra identidad (“La única solución posible, inteligente y razonable: ¡¡español para todos!”) e ignoramos que hay otras maneras de vivir completamente diferentes a la nuestra pero que, aún así, hacen felices a sus habitantes (“No cambiaría mi cultura por otra”).  

El hombre está dispuesto siempre a negar todo aquello que no comprende (Blaise Pascal)

Cuando vemos que alguien piensa de una manera muy diferente tenemos miedo. No sabemos cómo va a actuar y, por tanto, cómo protegernos por si acaso nos ataca. ¡Solución! para dejar de sentirnos vulnerables, intentamos cambiar a esa persona para que sea como nosotros. Así, claro está, será más fácil detectar si es realmente peligrosa o una oveja más del rebaño.

El problema viene cuando el miedo mueve a toda una civilización. El miedo llevó a “los países civilizados” a arrasar el nuevo continente americano; lleno de gente que a su parecer iba medio desnuda, ¡qué desfachatez! A Hitler a matar a millones de judíos, homosexuales y gitanos; que eran malos para la raza. Al Reino Unido a borrar casi del mapa a la lengua autóctona de Irlanda; porque si hablan diferente no les entenderemos y nos causarán problemas. Al surgimiento del Aparheid en Sudáfrica, ya que hay gente que es inferior y no hay que dejar que hagan daño a los buenos. Y, en la actualidad, a graves problemas en la integración de inmigrantes por todo el mundo.

Nuestras excusas a priori parece que lleven la mejor de las intenciones. Decimos que hemos de “educarles”, hacerles ver que “lo hacen mal”, les tenemos que “civilizar”,  hay que “ayudarles a salir de la prehistoria”, modernizar “sus pensamientos retrasados” y darles una oportunidad “para que vean que un mundo mejor es posible”. Sin embargo, detrás se esconde de nuevo el miedo a que nos cambien, en vez de ver cómo nos podrían enriquecer.

Si de veras llegásemos a poder comprender, ya no podríamos juzgar (André Malraux)

Además del miedo, es tan difícil entendernos porque ignoramos que las diferencias entre culturas son tan grandes que hasta los principios morales más básicos son completamente opuestos. Una muestra de ello son los matrimonios pactados en India. A nosotros nos parecen un horror porque consideramos la pareja como la unión de únicamente dos personas y que se amen es la prioridad, claro. Pero los indios ven el matrimonio como la unión de dos grupos y, por tanto, es necesario encontrar a una familia que sea en su totalidad beneficiosa. Nosotros damos valor a lo que es bueno para el individuo, mientras que ellos priorizan lo que es bueno para un conjunto de personas.

Si no entendemos que lo más básico puede ser diferente, tenderemos a pensar que sus ideas son retrógradas o primitivas. Por tanto, nos creeremos con el derecho y el deber de cambiarlas (si viven en nuestro país) o juzgarlas (si nosotros vivimos en el suyo). Comprende que diferente no significa malo sino cuna de aprendizaje y disfrutarás al máximo de tu estancia en el extranjero. Date cuenta de que en Irlanda la gente no se toca tanto y ayuda a los irlandeses a descubrir por qué en España sí lo hacemos y colaborarás en la mejora de la convivencia y a un mayor enriquecimiento personal de todos.  

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