El mundo ansía que llegue el día en que todos nos toleremos y lleguemos a convivir de forma feliz y contenta, y comamos perdices, chimpón. Sin embargo, yo te reto a algo más, quiero que comprendas. Para poder aprender con profundidad todo lo que te depara tu nuevo país, te voy a pedir que te conviertas en el más hábil observador, que te pongas en la piel del otro, que indagues el porqué de sus rarezas; en fin, que te conviertas en un mini Holmes que todo lo analiza y todo lo sabe.
¿Para qué te va a servir? La mayoría de inmigrantes lo que hacen es comparar lo que es diferente con lo que ellos ya saben. Por ejemplo, cuando ves que los irlandeses repiten continuamente “please” al final de una frase, piensas “oh, mira qué educados que son”, porque en España decir “por favor” es sinónimo de educado. O cuando ves cosas como las de la derecha (las he visto), opinas con tus amigos “pero mira que quemadas que van, ¡qué cosa más cutre!”.
Comparar es una absoluta y total fuente de fracaso, porque decir mucho “please” y llevar tutús no tiene el mismo significado en Irlanda que en España. Por ejemplo, en inglés no hay mucha variación en la entonación de una frase ni mucho contacto físico y, por tanto, necesitan usar palabras para denotar sentimientos. Así, a veces sí que el “please” equivale a un “por favor”, pero en la mayoría de ocasiones es un movimiento de cabeza español, una sonrisa, un pasar la mano por la espalda, etc.
Lo mismo sucede con los vestidos. En Irlanda la relación entre sexos es menor: no van a la escuela juntos, no tienen muchos amigos del sexo opuesto y no conocen sus diferencias con tanta profundidad como en España. Por tanto, las chicas tienen que intentar llamar la atención lo más pronto posible y así no perder su oportunidad. En cambio si te vistieras así en España, bueno, no digo por quién te tomarían los hombres…
El único límite para nuestra comprensión del mañana serán nuestras dudas del presente (Franklin Delano Roosevelt)
Como ves, todo depende de si comprendes o si sólo toleras. Parece gracioso (sobre todo si le vuelves a echar un vistazo a la foto), pero imagina qué pasa si no comprendes esta idea del “please”. Tú sigues usando la misma cantidad de “pleases” como de “porfavores”, porque, para ti, usarlos continuamente te parece falso. Entonces, los irlandeses creen que eres maleducado y te rechazan.
Tú te entristeces y piensas que son unos repugnantes discriminadores, además de fríos y cerrados. Al cabo de un tiempo, y después de soportar un poco de depresión y alguna noche en vela, te ves tan solo que te juntas con españoles porque te hacen sentir “como en casa”. Finalmente (puede ser un año o diez), ves que no aprendes nada nuevo y te vas de vuelta a casa porque a “estos no hay quien los entienda”. Misión fallida.
Sólo si te esfuerzas de verdad y estás preparado para sorprenderte, vas a sacar el máximo provecho de todo lo que te pasará por delante. Burlarte, ignorar y cerrarte en lo tuyo te harán sentirte más a gusto, sí, pero haberte expatriado carecerá de sentido.
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